lunes, 31 de marzo de 2008

12.- La Perspectiva Preinformativa Biblioteconómica de la Documentación

La perspectiva preinformativa Biblioteconómica de la Documentación es aquella que trata de explicar la Documentación como ciencia subordinada a la Biblioteconomía, manteniendo el esquema que Loosjes desarrolló. Si bien es constante encontrar en esta perspectiva el reconocimiento de la biblioteca tradicional como una institución divulgadora del conocimiento, se observará que en su progreso y evolución se acerca a la realidad de la Documentación, tanto en cuanto se apoya en sus técnicas, métodos y procesos. De esta forma la Biblioteca tradicional se transforma en una biblioteca con más capacidad de difusión y recuperación de la información y con capacidad de análisis y explotación de los contenidos que habitualmente trata la documentación. Es por ello que la documentación en esta perspectiva se define como una prolongación o rama más de la Ciencia de la Biblioteca o Biblioteconomía. Sostienen estas teorías principalmente: Bradford, Shera, Mohrhardt, Liebaers, Ashworth y Hayes.


La Documentación, una cuestión de perspectivas.


S.C Bradford

Fue bibliotecario y presidente fundador de la Sociedad Inglesa para la Bibliografía Internacional (IIB). Se puede considerar el trabajo tratadista de Bradford con su obra Documentation en 1948 a modo de continuación del Tratado de Documentación de Paul Otlet tanto en cuanto, se trata de determinar los puntos de partida de la documentación, matizando de manera más puntual qué entendía por ello:
"El proceso de reunir, clasificar y hacer fácilmente accesibles los documentos relativos a todas las formas de la actividad intelectual. Es el proceso en virtud del cual un especialista puede enterarse de las diferentes publicaciones relativas a la materia que estudia, a fin de estar plenamente informado de los resultados ya conseguidos y no tener así que malgastar sus facultades creadoras en un trabajo duplicado"
Esta explicación del propio Bradford, viene a sugerir la necesidad de que la documentación se encargue de controlar las publicaciones sea cual sea su tipología documental, dada su explosión demográfica, de forma que cualquier investigador este en disposición de aprovechar las novedades en los avances científicos y construir el conocimiento mediante acumulación del saber ya desentrañado. A modo de comentario, también es necesario hacer mención de que es muy frecuente ver como la documentación se vincula a un entorno muy concreto, la investigación y a unos usuarios muy específicos los investigadores, siendo estos los principales destinatarios de los procesos y actividades que desempeña la documentación.

También es destacable que Bradford entienda los conceptos de selección y difusión como características propias de la documentación, quedando claramente expresadas en las definiciones de sus obras entre 1939 y 1945. Pero no por ello, entiende que la documentación pueda desligarse de la biblioteconomía, sino más bien al contrario, quedando la documentación relegada a una ramificación de la biblioteconomía. En este contexto, define que la documentación tiene validez universal (Por el tratamiento del conocimiento científico y su difusión) y tiene un aspecto claramente técnico (Al clasificar y compilar la documentación para hacerla fácilmente accesible). De esta forma representa dichos conceptos con la siguiente cita.
"La documentación no es otra cosa que un aspecto de este arte mayor que es la biblioteconomía... pues en tanto en cuanto la biblioteconomía se ocupa de todos los aspectos del tratamiento de libros, la tarea del documentalista consiste en hacer disponible la información original registrada en artículos de revistas, folletos, especificaciones de patentes y otros documentos semejantes"
Esta afirmación va más allá de la mera expresión de infraposición de la documentación a la biblioteconomía, y que define a Bradford como un autor con una corriente de pensamiento eminentemente biblioteconómica, sino que además marca una barrera diferenciadora entre las actividades, materiales y áreas de conocimiento entre la biblioteconomía y la documentación. A la Biblioteconomía le otorga una actividad de tratamiento de libros adscrita al conocimiento general, en cambio la documentación tiene una actividad de recuperación de información dado que establece la actividad de hacer accesible la información, quedando restringida a tipos documentales periódicos y científicos, propios de la literatura gris. Dicho de otra forma, la Documentación es una extensión de las técnicas que la biblioteconomía ya manejaba en los centros de información bibliotecarios.


Jesse H. Shera

Junto con Bradford, Shera es considerado otro de los grandes exponentes de la corriente biblioteconómica, que aporta una visión detallada de la documentación desde el punto de vista de la biblioteconomía. De hecho fue miembro del grupo inglés de investigación bibliotecaria "Special Librarians" tratando de unificar bajo el concepto "Organización bibliográfica", las bibliotecas generales, especializadas y la documentación. En este sentido el concepto Otletiano de Ciencias bibliográficas esta muy arraigado en su trabajo, pese a las revisiones que llevaría a cabo a partir de 1950 para tratar de definir un concepto más exacto sobre documentación. Todo ello le lleva a afirmar:
"La organización bibliográfica tiene que ver con la canalización de todo material gráfico hacia todos los usuarios para todos los fines y a todos los niveles, como vía para mejorar la utilización social de estos materiales que contienen la experiencia humana"
Ampliándolo posteriormente...
"Ya que si la documentación es un método de aplicación de la bibliotecología, sus técnicas deben valer tanto para los libros infantiles com para las monografías sobre física molecular."
Estas cuestiones son recogidas en su principal obra Documentation: its scope and limitations publicada en 1951. En dicha obra, define la Biblioteconomía como sinónimo de bibliografía y define dónde radican sus diferencias con la documentación. Esto queda muy bien recogido en su particular evolución de la documentación en la que defiende que hasta el siglo XIX no existían apenas diferencias entre un término y otro, hasta que aparece la explosión demográfica de las publicaciones periódicas en investigación y la literatura gris relacionada. Es aquí donde la biblioteconomía se encargó de mantener las actividades y procesos tradicionales sin abarcar los nuevos tipos documentales, que serían analizados y tratados mediante nuevas técnicas de descripción, compilación y clasificación de la documentación. De esta forma los Documentalistas, profesionales pioneros especializados en este tipo de publicaciones, se separan de la rama principal de la que proceden, la biblioteconomía, quedando auspiciados bajo el concepto Organización Bibliográfica que anteriormente se ha hecho mención.


Foster Mohrhardt
Bibliotecario destacado y teórico defensor de la postura biblioteconómica de la documentación como prolongación de la primera. Destaca por ser uno de los autores que durante la crisis de la documentación de los años 60, expuso durante su momento de mayor trascendencia en la Sesión 32 del Consejo General de la FIAB, Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (Actual IFLA, International Federation of Library Associations and Institutions), así como en la FID que la documentación y la biblioteconomía constan de un problema diferenciador, reconociendo a la postre que la Documentación sobrepasa a la biblioteconomía, dadas sus fucniones especializadas en la documentación científica, en los investigadores y en la recuperación de la información como un servicio más individualizado que el que podría aportar una biblioteca de la época. En esta línea cito algunos de los campos de responsabilidad especializada de la documentación:
"Teoría de la comunicación,..., Automatización y mecanización de la información,... Técnicas de Resumen, indización y reseñas de status questionis,... , Sistemas de Información y Redes,... , Información para la Industria,... , Centros y Bancos de Datos,..."
No obstante y pese a las diferencias, Mohrhardt tiende a utilizar un concepto integrador de la documentación como parte integrante de la biblioteconomía, que constituye la base sobre la que se desarrolla, quedando la documentación como una rama más especializada, propia de las bibliotecas especializadas y los centros de documentación.


Herman Liebaers
Importante profesional belga de la biblioteconomía, fue director de la Biblioteca Real de Bruselas y persona consciente de la problemática de la ambigüedad terminológica de la documentación. Al igual que Mohrhardt y otros autores que posteriormente se analizarán, como Wilfred Ashworth y Robert M. Hayes, presentan su ponencias, opiniones y definiciones en la citada Sesión 32 del Consejo General de la FIAB, expresando sus experiencias adquiridas tambien en su relación con la FID. El resultado de este esfuerzo sintetizador fue un documento monográfico titulado Las bibliotecas y la documentación. Punto de vista europeo en el que declara que no puede ni debe existir una barrera que divida la labor y actividades profesionales de los bibliotecarios y los documentalistas.
"El bibliotecario preocupado por la calidad de su ficha bibliográfica y el documentalista preocupado de una buena información se encuentran hoy en el mismo campo"
En este sentido propugnará un acercamiento entre la FID y la FIAB para que lleguen a los acuerdos conceptuales necesarios para otorgar estabilidad al sector de la biblioteconomía y la documentación. Esto se puede resumir en la siguiente cita de dicho trabajo:
"Si los documentalistas nos han ayudado a los bibliotecarios a comprender que algo había cambiado en el mundo, aquellos no deben olvidar que no se puede hacer documentación sin documentos y que no debemos dejarnos impresionar por términos como técnico de información o ingeniero documentalista"
Y es en este sentido cuando la concepción integradora de Herman Liebaers cobra fuerza, al explicar que en la evolución y progreso de la edocumentación y de la información y de la documentación, tanto Documentación, como Bibliología debían adaptarse mutuamente, al considerarlos términos sinónimos. De esta forma, Liebaers, expone una postura de yuxtaposición de la documentación a la biblioteconomía, no pudiéndose explicar sin esta última.

Es interesante ver la relevancia del problema de terminológico, y cómo la documentación en su evolución más rápida y dinámica acapara conceptos de Ingeniería y Técnica de la información, similares a los que actualmente se emplean como Arquitectura de la Información o Ingeniería Documental. Todos estos neologismos que en algunos casos la documentación hacía uso, contribuyeron a agravar la problemática diferenciadora entre documentación y biblioteconomía.


Wilfred Ashworth
Destacado bibliotecario británico que también aporta su visión de la problemática generada en torno a la documentación y la biblioteconomía en la Sesión 32 de la FIAB en 1966. Trata de organizar la problemática tratando de ordenar los conceptos claves de la Biblioteconomía General y Especializada. Para ello escribe un artículo Librarianship and other disciplines, en el que determina que el bibliotecario tiene encomendadas labores de descripción, clasificación y conservación sobre el libro. En cambio la documentación tiene encomendadas actividades de difusión científica que exigían el análisis como proceso intelectual en el tratamiento del documento para su acceso y recuperación posterior, quedando dichas actividades enmarcadas en las bibliotecas especializadas y en los centros de documentación. De esta forma retoma algunos de los neologismos que los documentalistas utilizan definiéndolos como científicos de la información, bibliógrafos o ingenieros de sistemas. En este sentido entiende que la biblioteconomía debía hacer posible el acceso a la documentación primaria, génerica o específica, mostrar que ideas están próximas o relacionadas a una consulta determinada por un usuario o posibilitar la evaluación de la pertinencia y la exhaustividad, de forma que las búsquedas de información pudieran ser llevadas a cabo con mayor precisión. Por estos aspectos, se puede fácilmente llegar a la conclusión de que las carencias que la biblioteconomía adolecía y que la documentación podía aportar, eran principalmente relacionadas con la recuperación de información y sus variantes de cara a la satisfacción del usuario.


Robert M. Hayes
Al igual que los anteriores autores, participa de igual modo en la asamblea de 1966. Destaca por la incorporación al debate del término Information Science o Ciencia de la Información en la que especifica la necesidad de la difusión de la información en la sociedad. Es considerada una rama superior de la Biblioteconomía de la que bien se podría derivar la Documentación. A dicho concepto le asignaba la adopción de las nuevas tecnologías y las características que se reflejaban en la documentación, siendo de interés para su integración en las bibliotecas como una extensión de sus funcionalidades tradicionales. Por otro lado y desde la perspectiva del Information Science, determina que en los Centros de Documentación, la continua compilación de información, generará lo que se denomina "Bancos de Datos" (concepto novedoso en la época, ya adelantado por Mohrhardt). Como resulta de la exposición particular de Hayes, concibe la Documentación como parte fundamental que hunde sus bases en la Biblioteconomía.

Referencias Fundamentales.
  • LÓPEZ YEPES, José. La documentación como disciplina : teoría e historia. Pamplona: EUNSA, 1995. pp. 106-125. Ver referencia completa

  • AYUSO GARCÍA, Maria Dolores; MOREIRO GONZÁLEZ, José Antonio (Col.). Conceptos fundamentales de la teoría de la documentación y estudio terminológico del Tratado de Documentación de Paul Otlet. Murcia : DM, 1998. Ver referencia completa

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