jueves, 21 de febrero de 2008

06.- Paul Otlet y Henri La Fontaine: Los Comienzos

Conociendo los precedentes de la Documentación basados en el desarrollo de la bibliografía y por ende de la cultura escrita y del libro, se está en disposición de estudiar a los artífices de la documentación. Documentación, es un término moderno introducido por primera vez en España por D. Javier Lasso de la Vega en su manual de documentación, en el cual define la documentación y su connotación científica, además de recoger sus principios a partir del análisis de los trabajos bibliográficos llevados a cabo por Paul Otlet.

Paul Otlet es considerado uno de los padres de la Biblioteconomía y Documentación junto con Henri La Fontaine. La repercusión de sus trabajos y actividades se vería reflejada en una importante corriente investigadora y epistemológica en todo el mundo hasta nuestras fechas.

Paul Otlet y Henri La Fontaine

Paul Marie Ghislain Otlet (1868-1944) , nació en Bruselas en 1868. Su formación y estudios superiores fueron desempeñados en la Universidad de Lovaina en París donde estudio Derecho, Sociología, Economía Política y en la que llegó a adquirir una importante reputación como bibliógrafo de prestigio. Paul Otlet es conocido por ser el fundador del Instituto Internacional de Bibliografía y haber llevado a efecto la creación de la Clasificación Decimal Universal, más conocida como CDU. Las inquietudes de Paul Otlet se centraban y fundamentaban en la organización lógica y racional de todas las ideas y principios que como positivista y estudioso de la doctrina científica había adquirido con el tiempo en su periodo universitario. Sus aportaciones fueron recogidas en la Sociedad de Estudios Sociales y Políticos fundada en Bruselas en 1891 en la cual conoció al que sería posteriormente su compañero, Henri La Fontaine (1853-1943). Ambos colaboran en la constitución del Instituto Internacional de Bibliografía de Sociología en 1893 en donde se plasmarán los pensamientos de Otlet inspirado por su profesor Edmond Picard y Ferdinand Larcier en torno a la suma de los conocimientos e ideas como motor de la ciencia, la importancia de la originalidad de las ideas y su publicación en términos de calidad y no cantidad. En estas ideas eran revolucionarias en el siglo XIX y forman parte de los valores y parámetros que la documentación moderna tiene en su código de trabajo. De hecho Otlet entendía que sin un procedimiento que permitiera tratar los documentos y publicaciones científicas, se corría el riesgo de duplicar los trabajos, especialmente en las disciplinas y ciencias humanas y sociales dado que los resultados de éstas no son tan sistemáticos como los de las ciencias naturales o puras. Para solucionar el problema, Otlet propone varias vías de solución;
  • a) Establecer una clasificación científica de las fuentes.
  • b) Elaborar un catálogo de las fuentes que incluyera indización y resumen de cada una de ellas.


Bajo estas vías o directrices, Otlet junto con La Fontaine inician un importante trabajo de bibliografía de las ciencias que trata de recopilar, organizar y clasificar las fuentes científicas, incluyendo aquellas publicaciones primarias. Este trabajo siempre continuo e inacabado dio como resultado la aparición del concepto de conocimiento científico por acumulación que en gran cantidad de definiciones e introducciones a la documentación se suscribe como punto de partida a la hora de ser tratada la ciencia. Como resultado de esta idea, publican diversos repertorios de legislación, ciencias sociales y estadística. También incorporan un repertorio onomástico de autores relacionados con las fuentes de los repertorios anteriores, que facilita la consulta por autor. Este alarde bibliográfico y repertorial no es exclusivo de Otlet y La Fontaine.

Si bien la bibliografía es conocida y elaborada desde que existen documentos manuscritos. La importancia y relevancia de las bibliografías y repertorios de Otlet y La Fontaine radican en la aplicación de un método bibliográfico para la investigación científica, a diferencia de las bibliografías tradicionales que pretendían servir como mero elemento de control, descripción y recuperación de colecciones bibliográficas. Dicho de otra forma, Otlet y La Fontaine llevan a efecto lo que se conocerá como el repertorio o bibliografía científica.

En 1985, se suceden acontecimientos de gran calado en la génesis de la documentación como ciencia y objeto de estudio. Paul Otlet accede a la primera invención en clasificaciones bibliográficas; se trata de la Clasificación Decimal de Melvil Dewey o Clasificación Dewey DDC que había sido publicada en 1876. Si bien las aportaciones de Dewey se basaban en la organización sistemática de los libros por temas numerados correlativamente, Paul Otlet aporta innovaciones como el empleo de una notación relativa decimal, símbolos para la combinación de las diversas numeraciones, capacidades relacionales de las temáticas clasificatorias, principalmente. Estas mejoras e innovaciones se tradujeron en la publicación de la Clasificación Decimal Universal, conocida como la CDU.

La nueva clasificación permitía la subdivisión de las materias y áreas de conocimiento de manera ilimitada respondiendo al principio de orden del conocimiento. Este trabajo provocó la redenominación del Instituto Internacional de Bibliografía Sociológica por Instituto Internacional de Bibliografía. Esto significó el germen del desarrollo de una nueva disciplina científica, que posteriormente se redefiniría como documentación y la toma de conciencia de un trabajo a gran escala, el proyecto RBU o Repertorio Bibliográfico Universal.




Documental Biográfico sobre Paul Otlet.







Lectura: Tras las huellas de Otlet y La Fontaine.

Para terminar de perfilar el contexto y la historia general de Otlet y La Fontaine, sugiero realizar una lectura muy agradable y apasionante a través de los párrafos del profesor Felix Sagredo, que escribió un interesante artículo en la Revista Documentación de las Ciencias de la Información en el año 2001, en relación al estudio documental contemporaneo y de su raíz euro-norteamericana.
De este artículo reproduzco unos párrafos en relación a las huellas del proyecto de Otlet y La Fontaine para que pueda ser comentado:

Tras las huellas de Otlet y La Fontaine. Profesor Felix Sagredo.

Empeñados en la profundización del tema enunciado, tratamos de retomar anteriores conexiones con los orígenes de la Documentación. Sabíamos, por estudios precedentes del Dr. López Yepes y sobre todo por investigaciones de la Dra. Pilar Arnau, que la obra de los documentalistas belgas y de su equipo, desde la celebración en Bruselas, en setiembre de 1895, de la 1ª Conferencia Internacional de Bibliografía, había fraguado en la creación del Instituto Internacional de Bibliografía, con el objeto de realizar el Proyecto de Repertorio Bibliográfico Universal.

Como consecuencia de la citada Conferencia, Leopoldo II, rey de los belgas, emite el de septiembre de 1895, una Real Orden creando el Instituto Internacional de Bibliografía. Quedaba, con esta Orden, inaugurada oficialmente lo que después sería Ciencia Documental, así como la implicación de la tecnología en el mismo quehacer documental. Todos conocemos las repercusiones de tal evento, pero el desarrollo del mismo, imbricado entre dos contiendas europeas de ámbito mundial, iba a tener sus consecuencias en el ambicioso proyecto otletiano. El citado proyecto siguió oficialmente vivo hasta 1980, en que tras la abrogacion de la Orden Real, quedaba encomendada la labor bibliográfica a la Biblioteca Alberto I de Bruselas.

La Oficina Internacional de Bibliografía comenzaba su andadura con la aportación de más de 400.000 fichas por parte de sus promotores, clasificadas siguiendo el modelo de la Clasificación Decimal del americano Melvil Dewey, que ellos perfeccionaron para crear la Clasificación Decimal Universal (CDU). Pero ¿dónde fueron a parar sucesivamente los riquísimos fondos documentales reunidos por el equipo de Otlet? Dadas las coordenadas políticas del siglo XX, su andadura resultó más que complicada.

Nosotros 14 felizmente hemos contemplado, de nuevo en vías de reorganización, gran parte del legado otletiano en la ciudad belga de Mons —Ciudad del Libro—, que en 1993 acepta dicho legado, para reorganizarlo y exponerlo —en más de 6 km. de estanterías— con el fin de perpetuar el sueño documental de los siglos XIX y XX. Pero veamos sumariamente el periplo seguido por los diferentes fondos dentro de diversas organizaciones surgidas al hilo de dicho quehacer documental, y dónde fueron a parar los mismos.

Para las ya voluminosas bibliotecas se creaba en 1906 el Museo del Libro, situado en la calle Villa Hermosa, sede de la OIB; en 1907 la Biblioteca Colectiva de la Sociedad de Sabios o Biblioteca Colectiva Internacional, que se instala en la calle Régence; para diferentes diarios y revistas, en 1907, se dota el Museo Internacional de la Prensa.

A partir de 1908, con el nombre de Archivos Enciclopédicos Internacionales, se reúnen diversas colecciones documentales e iconográficas, que se instalan en la Capilla Saint Georges. El Museo Internacional de la Prensa queda instalado en la Capilla de Nassau, hoy dentro de la Biblioteca Real de Bruselas.

La Oficina de Documentación Feminista aparece en 1910; ese mismo año se crea la Unión de Asociaciones Internacionales, así como el Museo Internacional. Otlet soñó con reutilizar las instalaciones de la Exposición Universal de Bruselas de 1910, para ubicar allí toda esta serie de instituciones documentales; pero el incendio sobrevenido posteriormente le hace desistir de tal idea. La 1ª Gran Guerra interrumpirá este rápido desarrollo y los proyectos de unificación de los fondos, pero en el mismo 1919, una vez finalizada la contienda, se concibe la idea de buscar un lugar adecuado para todo el entramado documental y museístico.

Aprovechando circunstancias políticas y sociales propicias para este movimiento de carácter ecléctico e internacional, el Gobierno belga otorga a Otlet, el ala sur del Palacio del Cincuentenario de la Independencia belga, que albergará todos los fondos del futuro Palacio Mundial o Mundaneum. Los años 20 fueron la etapa dorada del desarrollo de las ideas otletianas. La década de los 30, aunque 1934 fue el año del Traite de Documentation, resultó sin embargo para Otlet y su proyecto documental, una década nefasta. En efecto, el Gobierno precisaba urgentemente reubicar las colecciones reales del Museo de Arte e Historia y exige el desalojo del Mundaneum. La invasión alemana por otra parte, previa a la 2ª Gran Guerra, acelera el desalojo de las valiosas colecciones e instalaciones de todo tipo. En 1941, la ciudad de Bruselas cede, para reinstalar las colecciones, unos antiguos locales de la Facultad de Medicina (el Instituto de Anatomía) en el Parque Leopold. En 1972 los fondos son trasladados nuevamente dentro de la misma Bruselas, hasta que en 1993, la villa de Mons acepta acogerlos en el edificio de la Independencia.

Este es sumariamente el camino recorrido durante el siglo XX por más de 18.000.000 de fichas en sus correspondientes cajoneras; por unos 200.000 ejemplares de diarios de los países más diversos, y por más de 100.000 fotografías de los temas más dispares; así como por más de 20.000 carteles publicitarios y de propaganda de todo tipo; por unas 100.000 tarjetas postales de entre los años 1900-1934, reflejo de las bellezas paisajística y arquitectónica de los países más distantes; por miles y miles de fascículos e impresos de la más dispar naturaleza; literatura gris de movimientos políticos y sociales, y por todo tipo de elementos culturales, de los que se ofrece una buena muestra en el áditon y en el hall del actual Mundaneum situado en la Rue Nimy de Mons.

Referencias.
  • LÓPEZ YEPES, José. La documentación como disciplina: teoría e historia. 2ª ed. Pamplona: Eunsa, 1995. 59-97 pp.
  • LEVIE, Francoise; PEETERS, Benoît. El hombre que quiso clasificar el mundo = The Man Who Wanted to Classify the World = L'Homme qui voulait classer le Monde. Paris: Impressions Nouvelles, 2007.

3 comentarios:

Juan Alonso dijo...

Un blog muy interesante. Enhorabuena

Mr.Relox dijo...

Gracias Grafialuz!

Tratamos de dar algunas de las claves de la historia de la documentación, acompañándolo de murales, esquemas, fotos, lecturas y videos para que resulte más sencillo su estudio y comprensión. No obstante no es toda la historia completa, pero si una representación somera de sus episodios.

Tu comentario me anima a seguir con esta iniciativa. Muchas gracias. Saludos.

PD: Enhorabuena por el elenco de blogs fotográficos, muy bueno el de Photoshop!

Artística dijo...

Han salvado mi tarea! Muchas gracias por la info! Muy bien!